1- La pérdida y el chico del lamborghini murciélago

De aquel horrible día, en que yo creía que lo había perdido todo, ya habían pasado un mes y medio. Estaba embarazada de dos meses y medio aproximadamente. Me había quedado totalmente sola. Gracias a la heréncia que me habían dejado mis padres, pude sobrevivir todo este tiempo. Había conseguido un buen trabajo, también gracias a contactos de ellos, podía mantenerme, pero cuando tubiese a mi hijo o hija, no podría mantenerla... Había decidido tener el bebé, pues es una gran bendición poder tenerlo. Me levanté una mañana, me puse unos jeans oscuros, ya no tan ajustados como los llevaba antes, una camiseta blanca de vuelo, para que no se me marcase la tripa, y unos zapatos blancos con algo de tacón. Fui al baño para arreglarme y... ¡NO NO NO! Salí corriendo por la calle, sin peinar, sin maquillar, llorando a mares. Cuando llegué a un paso de peatones, no me fijé bien, y mi semáforo estaba en rojo, pero yo no lo vi, y cruzé sin más reparo, pero un lamborghini murciélago negro, estubo a punto de atropellarme, se quedó a apenas un milímetro de mi piel. Se escucharon gritos y suspiros de sorpresa por toda la calle, me tiré al suelo y seguí llorando. El chico del lamborghini se bajó para ayudarme.

-¡Hey chica! ¿Te has hecho daño?

-N...No

-¿Qué te pasa? ¿Puedo ayudarte?

-Te...Tengo que ir al... hospital

-Sube que te llevo

-Gra...Gracias

Ese chico me tomó de la mano para ayudarme a levantar. Trás eso me ayudó a entrar al coche y luego entró al otro lado. Lo miré, aun con lagrimas en los ojos, tenía un rostro que me recordaba al de Nicholas. ¿Nicholas? Donde estaría él...

-¿Estás bien?

-S...Sí, necesito llegar rápido al hospital por favor

-Claro, ya mismo

-¿Tienes un teléfono?

-Claro, ten

-Gracias

Marqué el número de Nicholas, el cual me sabía de memória y vi que en el identificador lo tenía como Nick. Pero no presté más atención.

-¿Joe?

-¿Nicholas?

-¿Annie? ¿Qué haces con este celular?

-Me lo prestaron

-Ah, ok :/ ¿Qué pasa?

-Por favor, ven al hospital

-¿¡AL HOSPITAL!? ¿Qué pasó?

-Allí te cuento, pero por favor, ¡ven!

-Okey, tardaré un poco porque mi hermano se llevó el coche, pero llegaré lo antes posible

-Gracias Nicholas, eres un cielo

-Sabes que siempre estaré a tu lado.

-Gracias, te quiero

-Yo igual

Colgé y miré el celular. Luego se lo di al chico

-Gr...Gracias

-Ya hemos llegado, ven conmigo, te acompaño

-N... No hace falta, muchas gracias por traerme

-Insisto en acompañarte, venga vamos

Se bajó del coche, me abrió la puerta y me tendió la mano para ayudarme a bajar de auto. Caminamos a paso rápido por los pasillos del hospital y llegamos a la sala del ginecólogo, quien no tenía ninguna visita.

-Te espero aquí ¿okey¿

-Ok..Okey, muchas gracias de nuevo

-Tranquila, ahora anda, entra

Entré a la consulta del ginecólogo, sin dejar de llorar.

-¡Señorita Bleu! ¿Qué le pasa?

-Doctor yo... Creo que he perdido al bebé

-¿Cómo?

-Sí... Yo... me bajó esta mañana

-¿Qué? Estirese en la camilla, vamos a hacerle una ecografía para ver si el bebé está bien

-Okey

Me estire sobre la camilla, a la espera de que el doctor lo tubiese todo preparado. Puso ese extraño líquido sobre mi tripa y pasó la máquina, mirando horrorizado la pantalla

-¡¿Qué pasa doctor?!

-Ha... Ha perdido al bebé señorita

-¡¿Qué?! ¡NOO! ¿Por qué todo me pasa a mi?

Rompí en un llanto mucho más fuerte y angonico

-Lo siento mucho señorita

-Gracias por la ayuda doctor, adios

-Adios

La chica que había llevado hasta el hospital, era realmente linda, pese a que se veía muy triste y agonizada. Me dolió muchísimo verla así. Estaba sentado en la sala de espera, a la espera de que ella saliese. Entonces, vi aparecer por la escalera a mi hermano... Nick

-¿Nicholas?

-¿Joseph?

-¿Qué haces aquí?

-¿Puedo preguntar lo mismo?

-Traje a una chica, casi la atropello, pero me pidió que la trajese aquí

-¿A esa chica le prestaste tu celular?

-Sí

-¡Annie! ¡Estubiste a punto de atropellarla! ¡¿Tu estás loco o qué?!

-¡Fue ella la que se saltó el semáforo!

-Da igual, te juro que llegas a atropellarla y te mato Joseph

-¿Quien es ella?

-Ella es Annie, te hablé mil veces de ella

-Ah, la chica linda novia de Robie ¿no?

-No entiendo por qué sigues llendo con él después de lo que le hizo a Annie

-¿Qué le hizo?

-¿No lo sabes?

-No...

-¡Por Dios! La dejó embarazada y luego él se fue con su mejor amiga

-¡¿CÓMO?!

-Sí, lo que escuchaste

-No me puedo creer que Rob hiciese eso...

-Pues sí, lo hizo... Pero bueno ¿Ani está bien?

-No sé, aun no salió

-¿No te contó qué ocurría?

-No...

-¡NICHOLAS!

-¡ANNIE!

Corrió hacia a mi y me abrazó muy fuerte, yo la abrazé igual, acariciando su cabello. Nunca tube suficiente valor para decirle como la amaba...

-¿Qué pasó Ani?

-Nick yo... Perdí al bebé

-¿Qué?

-Sí

Mis ojos ya estaban secos, tenía ganas de llorar, pero no podía, ya no me salían más lágrimas.

-Tranquila Annie, todo irá bien ¿sí?

-¿Os conoceis?

-Sí, él es Joe, mi hermano

-¿Sois hermanos?

-Sí

-Vi que os pareciais, por eso recordé llamarte

-Annie, venga, vamos a tu casa, tienes que tranquilizarte un poco

-Nick, quédate en mi casa por favor, no quiero estar sola

-Tranquila, me quedaré el tiempo que haga falta, no te dejaré nunca sola

-Gracias Nick

-¿Quereis que os lleve?

-Sí por favor Joe, Annie está demasiado nerviosa para ir caminando

-Okey, venga vamos

Joe nos condució hasta el coche. Una vez ahí, él se puso en el asiendo del conductor y Annie y yo nos sentamos atrás, ella tenía algo de ojeras, el rostro cansado y harto de luchar. No podía verla así, la amaba tanto... Tantísimo... Indiqué a Joe el camino y al fin llegamos a la gran casa de Annie. Normal que se sintiese sola, esa casa tan grande, y sin nadie más, debía ser duro.

-Gracias por traernos Joe

-No es nada

-Gracias por haberme llevado al hospital

-No es nada, enserio

-¿Quieres quedarte a comer? Ya es tarde

-Bueno, la verdad que si no os importa

-No claro... Vamos chicos

Annie, Nick y yo entramos a la enorme casa. Annie se dirigió a la cocina, pero Nick la detubo y dijo que se sentase en el sofá a descansar, que él ya prepararía la comida. Yo fui al living con ella, y ambos nos sentamos en el sofá, me senté a su lado. La miré y un cosquilleo me recorrió por todo el cuerpo. Ella descansaba, ahogando su llanto en un cojín, mi primer impulso fue abrazarla. Ella me correspondió, y ese fue el mejor momento de mi vida, sentirla abrazándome, fue algo increible, debía aceptarlo, me estaba enamorando.